Anda que no ando retrasada ni ná...Vamos a ver, el día 4 fuimos a Malasia y fuimos en autobus(porque era el medio más ecológico). Nos organizaron todo, el destino era Malacca, todos nos dijeron que era un lugar increible así que nos lanzamos a la aventura.Para empezar el trago de pasar dos fronteras que en estos países a mi me da repelús. A la entrada en la frontera de Malasia el conductor de nuestro autobus que era hindú y además encantador, nos dijo que sonriéramos a los policías. Todos nos reimos pero la sorpresa fue cuando al entrar en las oficinas de la frontera(bastante más pobres que las de Singapur)había un cartel enorme con una sonrisa dibujada donde ponía "SMILE", así que allí estaba yo con los dientes, dientes...el policía que me atendió , que también me sonreia dada mi insistencia en enseñarle los dientes, no encontraba el sello de España porque decía que por allí no íbamos mucho, anda...luego empezó con todo el repertorio, "Antonio Banderas" y "Real Madrid" y finalmente me dejó entrar después de diez minutos(me dolía la cara de tanto estirar la sonrisa).
Entrada triunfal en Malasia, con dos policías recibiéndonos con una minireverencia, la mujer vestida como un hombre pero con velo...El cambio es increible. Nada más sales de la frontera se nota que es un país bastante más pobre, más descuidado, más caótico. Nuestra primera parada fue la fábrica que veis en las fotos donde se trabaja el estaño, muy curioso, pero no para comprar porque a mí me parecían tarros funerarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario